Oktoberfest, Múnich (septiembre, 2009)

Deberíamos comenzar preguntando ¿¿¿quién no conoce al famosos y mundialmente reconocido Oktoberfest???. Para aquellos que no hayan oido hablar del tema, estáis invitados, casi obligados a pinchar sobre el vínculo que ahí se os deja (para completar información ya sabéis que os vamos a enviar a la wiki)

Sigamos. La gran fiesta de la cerveza llegaba, y se daba el sábado después del 15 de septiembre. Y no es que lo tuvieramos preparado (que tonterías, ninguno de los viajes hasta ahora parecía estarlo...) pero en este caso la idea surgió a raiz de otro viaje que SI buscabamos a conciencia...(hablaremos de él más adelante)

Como si de un telonero se tratase, Múnich abrió el crucero terrenal a través de tierras nórdicas. ¿Qué mejor manera de comenzar un mes vacacional bebiendo de las mejores cervezas alemanas? Pues si. Así decidimos comenzarlo.

Sobre el país poco podemos mentar, excepto que nos pareció bastante absurdo el que, teniendo el aeropuerto al lado del hotel, tuvieéemos que coger el transporte público que nos llevaba hasta el centro de la ciudad, para después volver a subir...Suena a putada, pero aceptable; bien, pues ésto a las 23:00h en un país que no se llame España, debe ser todo un reto merecedor de querer superar...Porque a parte de tener que pagar una burrada por el ticket del transporte público, (18€ para sólo un viaje en comparación con 1€ que cuesta en Madrid todo el día en cualquier línea) al final tuvimos que coger un taxi, pagando el doble de lo que debíamos haber pagado según la web de transportes de Múnich. ¬¬

Mal trago nada más empezar pero bueno, nos consuela que la gente no sea reacia a ayudarte y sean capaz de pararse, incluso de llamar por teléfono a donde sea (en nuestro caso de solicitarnos un taxi) con tal de que llegues a tu destino de la mejor manera.
Ya que se menciona lo del taxi, he de apuntar que a Rokheri le llamó bastantante la atención el coche que las habían recogido en aquel pueblo sin vida. Un pedazo de Mercedes Clase E de los grandes, y para más inri, de alta gama. Nos llamó la atención donde llevan los taxímetros, y es que van acoplados digitalmente en el espejo retrovisor interno....¡Tecnología alemana, señores!
En fin, que tras viajar en aquel buque, por parajes oscuros, muy neblinosos y charlando simpaticamente con el taxista, llegamos sin demora ante las puertas de nuestro hotel (donde matamos a nuestra primera y única víctima alemana...un mosquito ¬¬) por el modico precio de 19€ (más o menos) por menos de media hora de trayecto...bastante menos.

Sabiendo que al día siguiente te vas a una fiesta cervecera, se procura descansar el cuerpo antes, y sin haber otra cosa mejor que hacer, decidimos ir a dormir lo más pronto posible. Ante la amenaza también de saber que amanecía muy pronto.

Pero llegando a lo interesante del asunto y por lo que posiblemente algunos hayáis resistido a seguir leyendo...el Oktoberfest.
A nosotras nos tocó realizar un pequeño trayecto de media hora que nos costó unos 11€. Recomendando que si váis más de una persona en el viaje, os cojáis unos tickets de transporte que os valen para todo el día e incluso lo puedes utilizar tú y 5 personas más. Sólo hay que pasarlo una vez por la maquinita esa que tienen y puedes disfrutar de un largo paseo por los transportes muniquenses. XD
Situado en pleno centro, en la plaza de Theresienwies, se expanden las carpas de las mejores cervezas alemanas. Os lo pongo con ceritos: 6.000.000 l de cerveza son servidos en 15 días de incesante juerga.

Para aquellos que queráis visitarlo, sabed que la carpa más importante se hace llamar Hofbräu-Festhalle, aunque la apertura del primer barril se realiza en la carpa Schottenhamel. Es en la primera donde las cervezas salen más caras (HB) pero sería sacrilegio no haberte tomado una si te dejas caer por Múnich.

La fiesta por supuesto no sería lo mismo sin las decenas de atraciones que animan al cotarro. Lo más gracioso es ver a las alemanas intentándose sujetar el Dirndl (su traje típico baviero) y a los hombres paseándose con esos petos estilo tirolés llamado por ellos, Lederhosen. Muy majos todos...

Realmente poco hay que contar, más bien, debo recomendar vivirlo. Supongo que cada persona lo vive de manera distinta, pero todos con una jarra de un litro de cerveza en la mano. Con la cual hay que brindar cada vez que los músicos de las bandas de cada carpa lo ordenan.

Recomendaciones: 1. ir bien provisto de pasta, de dinero vamos. Las jarras no son baratas, y si pretendes llevarle a la abuelita un recuerdo...más de lo mismo; 2. o vas temprano (a eso de las 10:00h como tarde) a reservar mesa, o te quedas sin sentarte, lo cual no sería un problema de no ser porque a la gente que está de pie, no se le sirve en la mayoría de las carpas. Para ello está bien, ir preguntando por las mesas si ves un hueco libre, para sentarte. Otra opción es dar con alguien majo y pedirle que cuando pase alguna camarera pida por ti una birra...

Nota: sépase lo sorprendidas que quedamos cuando a la banda musical de la Carpa HB comenzó a cantar ¡Qué viva España! seguidos de las voces alemanas que, para más sorpresa nuestra, se la sabían mejor que nos (he de reconocer que solo llego a saber cuando hay que cantar el vitoreo).

En fin, suerte a quien vaya, nosotras la tuvimos. Estuvimos en la carpa de HB sentadas XDD.
Oh yeah!!

Os dije que la resaca no la soportaba bien...¬¬